¿Qué pasa cuando se mezclan culturas? Que se aprende mucho. Hemos pasado un rato fantástico, imposible de transmitir, completo y con la emoción, pero solo nos queda intentarlo. Los chicos de Nador se han traído Nador aquí, nosotros os damos un cachito, pero no mucho.
Nos han invitado a un té con hierbabuena hecho por ellos mismos. Por ahí veréis a Ilias en plena elaboración. Estaba riquísimo, a casi todos nos ha gustado y cabe la posibilidad de que repitamos. Además pasaron unos pasteles deliciosos.
Para empezar ha sido un placer verlos con sus chilabas, kaftanes y jabadores, que si ya son guapos, hoy estaban radiantes. Nos han explicado su vestimenta y sus costumbres, luego un vídeo con una música preciosa y datos de Marruecos, Nador y el I.E.E.S. "Lope de Vega", su colegio. Ahora los conocemos mucho mejor, aunque no lo suficiente como para no pedir disculpas de antemano por los errores que, seguro, vamos a cometer al escribir alguna palabra.
Ahora viene el momento multilingüe, porque el baile que nos ha hecho lo presentaron en (respiración para leer de un tirón): español, árabe, francés, inglés y chelha (también podéis llamarlo tamazight). Maroua, Aya, Othman, Aya y Walid, respectivamente, nos demostraron la riqueza de poder decir algo de muchas maneras y poder ser entendido en muy distintos sitios. Un lujo.
Pero quedaba lo mejor: sobre el cesped, bajo un cielo que amenazaba con gotear, el clarinete de Sofía y la darbuka de Souhaib acompañaron al grupo en una reggada, un baile típico de bodas y otras fiestas, divertidísimo, una especie de diálogo, de acercamientos y alejamientos sucesivos (ya sabéis, para el vídeo un poco de paciencia) que nos encantó.
Y entonces... ¿A que no somos capaces de hacerlo todos, aunque lo hagamos un poco a nuestra manera? ¿Que no? ¿Quién dijo miedo? Allí que me tenéis a Borja y Edu, a Alba y Aída, a Fernando y Silvano, a Angela y Laila, a Carmen y Gala, a Gerhard y David, a Gonzalo y Aritz, a Sofía y Cristina, a Saul e Iván, a Francisco y Carlos, a... a todos, porque cuando todo el mundo baila lo raro es no bailar, bailando la reggada de buen humor, con sus gestos y su palo, 45 chicos (y tres adultos) moviendo los hombros, balanceando el pie, acercándose de la mano... Un placer.
Luego, como siempre, hablamos de nuestras sensaciones, entre ellas se colaron un par de representaciones, improvisadas, de cómo regatear en la compra de algo, pongamos que una chilaba. Que te doy 30, que no bajo de 60, bueno venga, 35, qué dices, 58 y es mi última oferta. Una risa.
Las sensaciones fueron estupendas, a los chicos les había encantado todo, por diferente, por original, por atractivo, así que el aplauso fue enorme.
Para acabar cantamos nuestro himno ¿Os sabéis la de la marea de gente, todos diferentes, bailando al mismo compás? Pues cantamos, todos juntos, algo que se le parece razonablemente.
Mañana Altamira (Neocueva) y Santillana. Ya os iremos contando, que esto se acaba. Ya, ya, nos callamos, que sabemos que lo que os importa son las fotos. Hasta mañana.
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